El Covid-19 representa un desafío para la sociedad, incluidos los periodistas. Mientras que los estudiantes realizan sus actividades desde casa y los oficinistas se adaptan al home office, empleados en supermercados y otras profesiones esenciales nos mantienen abastecidos de alimento. Esto sin dejar a lado al personal del sector salud que combate el virus que se transmite alrededor del mundo.

Sin embargo, hay otra profesión que es también de vital importancia: el periodismo. La información forma parte de la primer línea de defensa contra el Coronavirus. Desde la radio y la televisión, Jonathan Pardiñas, jefe de información en el noticiario nocturno de Ciro Gómez Leyva, verifica cada dato, video, texto y audio que llegue a la redacción de Imagen Televisión.

Por su parte Cynthia Peralta, editora en jefe de La Silla Rota, un medio nativo, se encarga principalmente de llevar las noticias internacionales y de materia económica.

Nada distante de Peralta, se encuentra Irasema Pineda, editora digital en jefe de Chilango, que coordina los contenidos de esa plataforma para informar y entretener a la gente de la Ciudad de México y del país. Por su lado, Jardiel Palomec es el encargado del equipo que lleva la cobertura de las noticias en este medio. 

Así como ellos, otros reporteros, fotoperiodistas, camarógrafos y todos los que laboran en medios de comunicación, también están haciendo la labor de mantenernos informados, un derecho fundamental que a veces olvidamos lo importante que es.

Un periodismo adaptable a la pandemia

Como para casi todos, la rutina de los periodistas, también cambió. Han tenido que convertir sus casas en salas de redacción, sus clósets en cabinas de radio, y su comedor en sala de juntas. Aunque dejar a un lado el trabajo de campo como la cobertura presencial de un hecho es difícil de adaptar.

“Necesito la calle, necesito ver cómo están las cosas. (Los reporteros) tienen que estar ahí bajo los riesgos de lo que sea, se tienen que reportar las cosas porque si no cómo sabemos cómo están”, comenta Pardiñas.

Por otro lado, medios como Chilango, que es una plataforma que más que dar las últimas cifras, se encarga de dar un servicio al lector (como indicaciones para realizar trámites), se le dificulta buscar este tipo de información desde casa. 

“Algunos de los reporteros sí han tenido que estar saliendo para hacer diferentes productos como videos, o entrevistas personales, o sacar algunas fotos y todo eso, pero ha sido uno de nuestros principales obstáculos porque tampoco se puede avanzar tan rápido como si estuviéramos todos con el chance de salir a la calle”, comenta Palomec.

Así, el salir a la calle se vuelve un riesgo necesario para conseguir la nota. Sin embargo, han tomado las medidas necesarias para evitar contagios. Entre ellas se encuentra tener una mayor higiene personal, así como proteger el micrófono con el que los reporteros reciben las declaraciones de sus entrevistados.

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A pesar de que los periodistas son uno de los grupos más vulnerables a contraer el virus debido a su cobertura en hospitales, panteones o funerarias, las recomendaciones por parte del gobierno para controlar la situación son las mismas: lavarse las manos, usar cubrebocas, lentes o caretas, y mantener sana distancia. Lamentablemente esto último no ha sido suficiente. 

“(Los reporteros) Tomaron cursos en la Secretaría de Salud local antes de que la pandemia iniciara y de que empezaran los contagios mayores en la Ciudad de México, porque ya veníamos viendo los casos internacionales, ya sabíamos que iba a llegar con todo”, explica Pardiñas.

Trabajo de campo igual a mayor riesgo de contagio para los periodistas

A pesar de las medidas de prevención, hasta ahora se tiene registro de dos periodistas fallecidos por la enfermedad en el país.

El 28 de abril, Animal Político informó del fallecimiento de Alejandro Cedillo Cano, que trabajaba en La Crónica de Hoy. Así como la de Martha Abigail Caballero Collí, quien dejó una carta responsabilizando por su contagio al director de Comunicación Social del Ayuntamiento de Solidaridad, Quintana Roo, quien le prohibió laborar desde casa.

Mientras tanto, el equipo de Ciro Gómez Leyva anunció el pasado 8 de mayo que la reportera Miriam Moreno, quien realizaba crónicas alrededor de hospitales, dio positivo al virus. Sus compañeros Humberto Padgett y Jafet Tirado igual están contagiados. Al momento de publicar este reportaje los tres se encuentran en sus casas en buen estado de salud.

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“Miriam fue la que más se preparó en los cursos. Nosotros tenemos dudas y recurrimos a Miriam, ‘oye, Miriam, ¿qué hago?’ (…) Ahí aprendieron a cuidarse, a saber el riesgo, saben que si van al hospital hay una alta probabilidad de que se contagien por las cargas virales que hay ahí”, mencionó Jonathan Pardiñas.

Sin embargo, no pueden bajar la guardia, ya que para Pardiñas, en algunos casos es necesario asistir al lugar de los hechos para conseguir la información. Mientras que a las conferencias de prensa se les puede dar la vuelta debido a su fácil acceso por internet.

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En lo que corresponde a Chilango, se han tenido que mudar en mayor parte a sus casas, con todo y los inconvenientes que esto genere como una velocidad de internet menor. Ese tipo de situaciones son las que los han obligado a regresar de vez en cuando a la redacción, según nos cuenta Pineda.

Jonathan agrega que incluso ha sido más pesado, pues implica estar sentado por más horas frente a la computadora, y en su parte de noticias, también ha implicado doblar esfuerzos para elaborar notas propias y expandir el contenido. 

Para Peralta, de La Silla Rota, dar voz a las historias es parte esencial de la labor del periodismo y se debe complementar con los datos y las estadísticas, buscar proporcionar un panorama amplio sobre lo que está pasando. 

Comenta que estar en contacto con la gente es la única forma de saber el verdadero impacto de la pandemia, por lo que, aunque están tratando de evitar por completo que sus reporteros salgan, no dejan de encontrar medios para seguir buscando las historias.

“A los reporteros se les dio la indicación de  que lo que vayan a reportar traten de hacerlo sobre todo por teléfono (…) Las redes han estado sirviendo mucho para estar viendo las denuncias que hay de la gente, las preocupaciones e ir indagando para conseguir contactos, testimonios, y cuando salen a la calle es rápido. El chiste es que pasen el menos tiempo en la calle, incluso que lo eviten”, comentó Cynthia.

Con respecto a las juntas editoriales, se han adaptado a plataformas como Zoom o Google Meet, por lo que se plantea el hacerlas de manera digital, aunque Jonathan menciona que en cierto punto tendrían que regresar a ellas.

¿El periodismo subvalorado en tiempos de Covid-19?

Las condiciones para hacer periodismo en esta época nadan en un río a contracorriente. El ambiente que vive el país es polarizante, se trata de un contexto en el que se discrimina al personal de salud ante las creencias de que todo quien pertenezca a este sector puede poseer el virus. O las creencias de que los periodistas son vendidos y no transmiten la información como debe ser, incluso los medios internacionales.

Por parte de la población, los agradecimientos hacia la prensa escasean y en internet solo se encuentran artículos escritos por los mismos periodistas para resaltar la labor importante y necesaria que realizan.

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Tal es el caso de una columna en el diario en línea ContraRéplica, escrita a comienzos de abril por la periodista Karen Cota. En su editorial menciona la poca atención que están teniendo los periodistas y lo poco que, tanto la sociedad como los medios, están hablando del tema. 

“Lo que no se registra, está condenado a ser olvidado”, menciona Cota.

A pesar de eso, Irasema, Jonathan, Jardiel y Cynthia coinciden en que esto no solo sucede en tiempos de coronavirus, sino que los señalamientos que maneja el Presidente Andrés Manuel López Obrador hacia la prensa forman parte del clima polarizante.

“Es un mal del populismo que nos está tocando vivir, no solo aquí, igual en varios países, Estados Unidos, Brasil”, comenta Pardiñas.

Al periodismo le llegan navajas de distintos lados. Se encuentra en una crisis de financiamiento, a eso se le suma la inestabilidad económica que genera el Covid-19, al igual que el clima polarizante y los señalamientos desde Palacio Nacional. A pesar de eso, los profesionales de la información se encargan de enfrentar al virus como primer línea de defensa.

A veces olvidamos que la información es un derecho humano fundamental, y que son los periodistas quienes se encargan de mantenernos siempre al tanto de lo que pasa en nuestro país y el mundo.

Hoy más que nunca, están tratando de darnos toda la información verificada, de retratar un hecho histórico, de darle voz a los números y las cifras, aunque eso signifique muchas veces poner en juego su propia salud. Sin duda, se merecen también nuestro reconocimiento, por favor, démosle un aplauso fuerte. 

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