¿Qué pasaría si combináramos la acción de películas como John Wick con la historia del Ramayana? ¡Aparece Monkey Man!
Se dice que la industria de Bollywood está dejando atrás a Hollywood. Sus películas llenas de color, acción y drama están llamando mucho la atención. Filmes como RRR han abierto nuestros ojos al cine de la India. Así, Dev Patel nos trae Monkey Man, una cinta llena de acción inspirada en los mitos del hinduismo.
La leyenda de Hānuman
Escrita por Paul Angunawela, John Collee y Dev Patel, Monkey Man cuenta la historia de un niño que busca venganza contra un gobierno corrupto que abusa del pueblo y desplaza comunidades. Este abuso resulta en muchas muertes, encubiertas por el gobierno mientras un líder religioso manipula las elecciones.
Hay una gran desigualdad y la gente se dedica a trabajos informales, como el protagonista Kid (interpretado por Dev Patel), que pelea en un club clandestino. La historia se centra en la brutalidad de un sistema que oprime a los más débiles, mientras Kid busca justicia por el asesinato de su madre y el saqueo de su aldea. Inspirado por Hānuman, el dios mono de la mitología hindú, el protagonista se embarca en una misión de venganza que mezcla acción intensa con temas sociales y espirituales.
Acción al mil por hora

Patel, en su debut como director, nos lleva a un mundo lleno de acción y violencia. Desde el primer minuto, la película establece un tono oscuro y visceral, reflejando la dura realidad de aquellos que viven al margen de la sociedad. La influencia de películas como John Wick, The Raid, Oldboy y Búsqueda Implacable es clara, pero Patel aporta su propio estilo único.
La cinematografía de Monkey Man es impresionante. Las escenas de acción están coreografiadas con precisión y la cámara en mano añade una sensación de inmediatez y caos controlado. Patel usa planos subjetivos y ángulos inusuales que intensifican la acción, creando una atmósfera de constante tensión. La dirección de arte mezcla lo tradicional y lo moderno, con luces de neón y escenarios urbanos sucios que contrastan con elementos de la cultura india clásica como se ve en una persecución en tuk-tuk que rayando en lo ridículo es una escena súper intensa y divertida.
Un guion brillante

Aunque es una película de acción, Monkey Man no descuida a sus personajes ni la profundidad de su historia. Kid es un protagonista complejo, lleno de ira y dolor, pero también de humanidad. Sus luchas internas y su deseo de justicia son el motor que impulsa la historia, y Dev se toma el tiempo necesario para construir un contexto dramático sólido antes de lanzarnos a la violencia.
Los flashbacks son una herramienta clave en la narrativa del largometraje. Si el montaje de la cinta hubiera contado los acontecimientos de otra forma no hubiéramos tenido ese impacto en el espectador. A través de ellos, vemos el pasado traumático de Kid, lo que añade capas de significado a sus acciones.
Sí bien con solo imágenes se nos deja entender después de presentarlos en medio de la primera parte, en la segunda parte nos explica todo lo sucedido, regresar una vez más a estos flashbacks rompe un poco con el ritmo pero nos deja en claro y a través de una escena durísima podemos entender las motivaciones del personaje.
Cerca de la realidad

Uno de los aspectos más interesantes de Monkey Man es su capacidad para abordar temas actuales a través de la acción y la mitología. La película explora la corrupción gubernamental, la opresión de las comunidades vulnerables y la lucha por la justicia en un sistema injusto. Estos temas resuenan profundamente en el contexto actual de muchas naciones, ofreciendo una crítica de las estructuras de poder y la desigualdad social.
El filme toca la representación de colectivos oprimidos, incluyendo a la comunidad trans, aunque de manera superficial. La película menciona la existencia de estos grupos marginados, pero no profundiza en sus experiencias, lo que es una oportunidad desperdiciada aunque su inclusión brilla en una escena de combate excelente con una buena selección musical.
Más que golpes y disparos

Cuando llega la acción, Monkey Man realmente destaca. Las escenas de combate son intensas y sus coreográficas están ejecutadas con maestría, recordando el estilo caótico pero controlado de directores como Danny Boyle. Patel evita el enfoque elegante y estilizado de películas como John Wick, optando por una brutalidad más visceral. La cámara se mueve frenéticamente, capturando cada golpe y disparo con una urgencia que mantiene al espectador al borde de su asiento.
La diversidad de técnicas de filmación en las escenas de acción es impresionante. Patel utiliza drones, tomas de teléfono, cámaras de acción, arneses y planos subjetivos para ofrecer una experiencia visual dinámica y envolvente. Esta variedad no solo mantiene el interés visual, sino que también refuerza la sensación de caos y violencia que define gran parte de la película.
La ira de Hānuman

Monkey Man es una película que vale mucho la pena ver en cines especialmente por su diseño sonoro, cada golpe, disparo y fractura acompañados de música y la banda sonora son merecedoras de todos los elogios.
Dev Patel entrega una actuación excelente y comprometida, lo más interesante es que dentro de su personaje podemos ver a cada icono de acción desde los clásico como Jet Li o Charles Bronson hasta los más icónicos de nuestra época como Keanu Reeves o Bruce Willis, Dev con su actuación se posiciona a la par de todos ellos.
Las referencias al Ramayana aportan mucho a la cinta y su similitud al contexto contemporáneo la vuelven un clásico inmediato que nos invita a reflexionar sobre la justicia y la resistencia.