Joaquín López-Dóriga es una de las voces más reconocidas en México. La presencia del periodista naturalizado mexicano ha sido parte de la canasta básica mexicana desde hace más de 40 años. Ya sea en radio, televisión, columnas o más recientemente, en redes sociales. Aparentemente, este hombre está en todo. El reportero nos comparte aquello que considera imperativo para la comunicación periodística, de acuerdo con su vasta experiencia. 

“Soy prehistórico”

Con una trayectoria que lo ha llevado a Vietnam, pasando por Rusia, cubriendo más de unos cuantos sucesos históricos que definieron generaciones enteras, el comunicólogo de 77 años ha mantenido informado al pueblo mexicano. Desde la primavera del 68 su trabajo ha crecido de la mano de un sin fin de desarrollos tecnológicos (las máquinas de escribir automáticas o el fax, por nombrar tan solo algunos).

Aunque, en ese tema, López-Dóriga hace hincapié en que sin buen contenido, la herramienta no sirve. “El 50% del contenido que consumimos es basura”, dice. Por tanto, de acuerdo con él, el reto del periodismo está en la calidad de las historias.

@lopezdoriga via X (antes Twitter)

«A nadie le gusta la realidad cuando es su responsabilidad»

Según su punto de vista, la labor del periodista se centra en proteger el derecho natural y constitucional de informar a las personas. Sin embargo, reitera que el periodismo no puede (ni debe) limitarse a ello. El manejo de la información implica explicar, exhibir, criticar, alertar, todo con el propósito ulterior de ser un contrapeso al poder.

López-Dóriga, ha tenido la oportunidad de observar, analizar y opinar sobre el desempeño de diez presidentes. De acuerdo con el periodista, sin importar el partido al que pertenecieran, todos cuentan con un común denominador. La intolerancia a la crítica.

Desde lo que el define como «su trinchera», esto es evidente. La crítica funge como el freno del desenfreno del poder. Y en numerosas ocasiones, el periodismo también es el espejo donde se refleja el poderoso , aunque no suele gustarle como se ve. 

«Y ahí es cuando el poder, el poderoso, no solo rompe el espejo, descalifica, mancha, denuesta y, sobretodo, quiere callar al mensajero.»

Joaquín López-Dóriga

El locutor de Radio Fórmula reconoce que semejante labor tiene un costo que es cada vez más alto. De acuerdo con un estudio realizado por Reporteros Sin Fronteras, México se mantiene como el país más peligroso para ser periodista. La verdadera batalla de esta profesión es poder comunicar la verdad con libertad lidiando con desinformación, polarización, violencia y fanatismo que atenta contra la seguridad o vida misma de los periodistas.

Foto: Amélie Hernández

“Pero, ¿cómo no denunciar?”

Ante ataques entre poderes gubernamentales, mentiras, corrupción, negligencia, muertos y ríos de sangre, Joaquín López-Dóriga no puede quedarse de brazos cruzados. Eso no significa que sea inmune al miedo, al contrario, el valor implica actuar a pesar del miedo. Aún con represalias del crimen organizado, del gobierno o de aquellos cuyo éxito depende del silencio, de acuerdo con el periodista “en México sobra valor”.

En una democracia, en un país libre, periodista que no incomode al poder, al poder que sea, no es periodista

Joaquín López- Dóriga

Como comentario final, en respuesta a una pregunta por parte del público, López-Dóriga nos insta a seguir adelante incluso con esos miedos totalmente válidos puesto que «una vida sin riesgos, tampoco es mucha vida».